Aunque los no iniciados no lo sepan, hacer una foto es algo que va más allá de apuntar y disparar sin más. Son varias las nociones básicas de fotografía que existen y que permiten mejorar cualquier foto sin apenas esfuerzo.
Composición visual, la regla de la mirada, la ley del horizonte… Son algunos de los elementos básicos a la hora de hacer fotos y que nos permiten mejorar los resultados de cualquier imagen con sólo dedicar unos segundos a aplicar estas técnicas antes de disparar.
Si no tienes muchos conocimientos respecto de las reglas de composición fotográfica más habituales, te ofrecemos algunas orientaciones al respecto, con las que mejorar los resultados sin importar qué tipo de cámara tienes, ni tampoco cuáles son tus habilidades artísticas. Por cierto, no es necesario usar todas las recomendaciones que te ofrecemos a la vez, pero sí es importante conocerlas, a fin de contar con recursos suficientes para mejorar esas fotos.
Por eso, es fundamental practicar sin miedo. No tengas problema en tirar 10 veces la misma foto con diferentes variaciones, dado que esto te ayudará a verlo todo más claro a la hora de saber qué funciona y que no cuando de enriquecer tus fotos se trata.
Regla de los tercios
La regla de los tercios en fotografía es uno de los elementos básicos al alcance de cualquier usuario, con la que lograr un mejor enfoque de manera sencilla. La idea de esta regla es dividir la imagen en nueve zonas iguales, situadas en una rejilla de 3 x 3. La idea es colocar los elementos de mayor interés de la imagen en las intersecciones de las líneas, por ser las que más resaltarán posteriormente. En la aplicación de ley de los tres tercios ayudan hoy día muchas cámaras digitales, que son capaces de generar esta rejilla directamente sobre la zona de enfoque.
Modos de composición
A la hora de plantear la composición de fotos, son varias las opciones que tenemos a nuestro alcance. Una de ellas es la composición diagonal, que divide la imagen en dos triángulos. Estos no tienen por qué ser iguales, puesto que una de las ideas de este modo es romper la simetría de la imagen y jugar con esa desigualdad.
Esta composición también puede ser abierta o cerrada. En el caso de la composición abierta, encontraremos un punto de fuga en la fotografía, a partir del cual se organiza toda la imagen. En el caso de la composición cerrada, tendremos un motivo central, que llama nuestra atención y sirve de base para la imagen, quedando alrededor de ese elemento el resto de la imagen.
La proporción en fotografía
Aunque tradicionalmente tenemos en mente la foto de 10 x 15 centímetros, en cuanto a sus medidas, lo cierto es que la proporción es otra de las herramientas que nos resultan útiles para tomar fotos. Estas proporciones tienen una relación, equivalente a dividir la medida del lado mayor entre el menor. En el caso de 15 x 10 centímetros, la imagen tiene una proporción de 1,5, en la clásica proporción de 3:2. En una foto tipo 4:3, la proporción es de 1,33, mientras que si empleamos la proporción 16:9, entonces la misma es de 1,77.
Estos diferentes formatos pueden añadir o eliminar espacio de la imagen allí donde lo necesitemos. Eso sí, es importante tener en cuenta las dimensiones a la hora de buscar un papel fotográfico adecuado para la impresión, dado que algunas de estas proporciones se salen de los tamaños DIN estandarizados en los que estos soportes se venden.
Simetría
La simetría en fotografía es otra de esas herramientas básicas y fáciles de ejecutar. Normalmente, la simetría es muy agradable a nuestros ojos, puesto que una imagen que sigue este patrón es más fácil de asimilar por nuestro cerebro. Sin embargo, esto también nos sirve para jugar con nuestra mente, estableciendo planteamientos asimétricos y diferentes en la imagen. Algo que ayuda a destacar elementos en la foto final, que saltarán claramente a la vista por no corresponder al patrón esperable, por así decirlo.
Los puntos de vista en fotografía
Otra de las herramientas básicas en fotografía es el punto de vista. Lo normal es que cuando tomamos fotos a una persona lo hagamos delante del modelo, con la cámara enfocando a los ojos y en un plano que lo corte por cierta zona del cuerpo, según el enfoque y la distancia. Sin embargo, si cambiamos el ángulo y la posición desde la que hacemos la foto, podemos obtener resultados interesantes.
En este planteamiento quizá nos interese cambiar detalles como el ángulo. Este puede ser picado, contrapicado o cenital, según sea más alto, más bajo o todo lo alto que podamos respecto del objeto o la persona. En cuanto a la posición, si dejamos al modelo en un lateral o una esquina de la imagen, es posible darle otra interpretación diferente a la imagen. Todo es cuestión de jugar con estos elementos, hasta dar con el resultado que más nos guste.
Las líneas guía
En este caso, hablamos de algo que nos va a dar el elemento que queramos fotografiar. A la hora de enfocar ciertas imágenes, notaremos como hay objetos que nos dirigen a lo largo de la imagen, tales como árboles, carreteras, edificios, etc. Aprovechar esos elementos y seguir su planteamiento a la hora de tomar la foto siempre será una buena idea.
El fondo vacío
Aunque la composición implica contar con elementos tanto en primer plano como en el fondo, lo cierto es que un fondo vacío es una herramienta interesante para centrar nuestra vista en el elemento que tengamos delante.
Por ejemplo, cuando quieren vendernos la mejor batidora de vaso, las imágenes pueden incluir algunas frutas o quizá un batido al lado de la máquina. Pero si el fotógrafo quiere que nos fijemos por completo en el producto, entonces no habrá nada más en la foto, que además se presentará sobre un fondo blanco. De nuevo, es otro elemento interesante con el que jugar.
El punto de vista
Si quieres romper con una foto diferente, tienes la opción de cambiar por completo el punto de vista frente a lo que sería esperable. Esta idea recurre a elementos como cambiar la forma del enfoque de lo que sería esperable o previsible. Es una buena solución para darles una vuelta a imágenes muy tradicionales o incluso algo repetitivas.