Todos los fotógrafos conocemos la importancia que tiene el llevar a cabo una limpieza correcta de nuestra cámara de fotos, sobre todo después de utilizarla en ambientes en donde frecuentan las partículas en el aire. Sin embargo, pocos conocen los procedimientos y las herramientas que se deben emplear.
Las cámaras fotográficas son herramientas de precisión que, como cualquier otra, se debe mantener en óptimas condiciones para que te pueda brindar los resultados esperados. Es por esto que todos los fotógrafos profesionales conocen bien la importancia de hacerle un mantenimiento periódico a su equipo, empleando las técnicas y herramientas necesarias para llevar a cabo ese procedimiento.
Para los fotógrafos y las cámaras fotográficas en general, uno de los peores enemigos más temidos es el polvo, tanto el que se acumula en la parte externa de los equipos como en el interior de los botones, las roscas y engranajes del objetivo.
Por otro lado, además del polvo, la humedad es ese otro terrible mal que acecha nuestros equipos fotográficos de manera omnipresente, sobre todo en esos países en donde sus niveles son extremadamente elevados como, por ejemplo, en el Perú. La humedad y el polvo generalmente son los causantes de los mayores dolores de cabeza de los fotógrafos, pudiendo atacar de manera totalmente inesperada.
Sin embargo, además de los agentes peligrosos como el polvo y la humedad, también debemos cuidar las cámaras de los golpes y del agua, ya que por más que no queramos, los equipos terminan por envejecer y volverse obsoletos. Tan solo queda en nosotros hacer todo lo posible para retrasar ese paso natural del tiempo, sobre todo porque en la actualidad estamos viviendo una cultura social en donde el consumismo y la continua renovación por la obsolescencia está completamente impuesta.
Consejos para limpiar tu cámara réflex
A continuación, te exponemos algunos consejos de limpieza que te recomendamos seguir atentamente para mantener tu equipo fotográfico en el mejor estado, cuidando las partes más importantes y delicadas como son, entre otras, el espejo y el sensor.
Los cristales de las ópticas
Si te gusta tomar fotografías o eres fotógrafo profesional, seguramente este primer punto te ha de sonar. Como ya sabrás, una de las zonas más críticas y que tienden a mostrarse sucias es la superficie de las lentes del objetivo. Existe una inmensa cantidad de fotógrafos que, ante la marca de las huellas dactilares o residuos de arena y polvo sobre el cristal, tienden a utilizar una parte de la camiseta que llevan puesta para limpiarlo, lo que realmente es igual o peor que dejar sucio el objetivo.
Para estos casos, lo ideal es utilizar un pequeño paño de microfibra, el cual, además, lo podemos remojar con un poco de agua en caso de toparnos con manchas más difíciles o rebeldes. Por otro lado, aunque nos esmeramos en limpiar correctamente la entrada principal de luz, muchas veces olvidamos que las ópticas cuentan con dos extremos, de los cuales uno se encuentra en contacto con la cámara en todo momento y, por eso, intuitivamente, pensamos que no hace falta limpiar.
Por lo tanto, es recomendable que de vez en cuando retires el objetivo por completo de la cámara y compruebes el estado de su parte trasera. Así podrás tanto limpiar la lente como los contactos y el sistema de anclaje, componentes fundamentales para los objetivos fotográficos. Para ello, lo más recomendable es utilizar un palillo hisopo, gracias a que su punta de algodón puede abrirse camino entre las estrechas líneas de la parte trasera de las ópticas.
La parte externa del cuerpo
Uno de los pasos más importantes que debes realizar es la limpieza de la parte externa del cuerpo de la cámara, algo relativamente fácil de hacer, ya que es una de las partes más expuestas y de mejor acceso. Para ello se recomienda utilizar un paño, con el cual iremos retirando las marcas de los dedos o suciedad que vayamos encontrando, sin embargo, la cosa se pone un poco más difícil al llegar a las pequeñas juntas y huecos que hay alrededor de los diales, el visor o los botones, en donde se nota la acumulación de polvo.
Para estas zonas, recurrimos a los palillos y los paños de algodón o microfibra ligeramente humedecidos con un poco de alcohol isopropilico. Enrollamos un poco de tela alrededor del palillo para alcanzar las zonas más difíciles. En este caso se desestima el uso de los hisopos o bastoncillos de oído, ya que, debido a la celulosa que llegan a desprender cuando se limpia con ellos, resultan muy gruesos para alcanzar algunas zonas pequeñas y de rendijas muy delgadas.
Por otro lado, se debe enfatizar y hacer especial hincapié en la limpieza del visor óptico, ya que es una zona muy importante a la vez que difícil de acceder. Con mucho cuidado se debe pasar el palillo envuelto con tela para limpiar de todo residuo de polvo esa área. Así mismo, para limpiar la pantalla LCD se recomienda utilizar un paño de microfibra para retirar los residuos de las marcas que quedan adheridas tras tocarla.
El sensor
Hemos llegado, finalmente, a una de las partes más delicadas y sin duda más importantes de una cámara fotográfica. Los fotógrafos son, en general, personas muy meticulosas, por lo que les gusta que todo se encuentre en perfectas condiciones. Esto es un motivo de sobra para que se preocupen en conocer cómo se debe limpiar de manera correcta un sensor, con lo que se podrá garantizar que las imágenes luzcan totalmente perfectas.
En caso de que te decidas limpiar este componente por tu cuenta y prefieras no enviarlo a un servicio técnico, lo mejor que puedes hacer es adquirir un bastoncillo tipo escobilla especial para sensores. Lo deberás humedecer con alcohol ligeramente y darle una pasada delicada. Para comprobar que lo has limpiado correctamente, lo que debes hacer es cerrar el diafragma por completo y fotografiar una zona bien iluminada. De no encontrar en la imagen ningún tipo de marca, podrás tener la seguridad de que el proceso se ha realizado correctamente.