La fotografía siempre ha buscado capturar el mundo que nos rodea. En este sentido, la fotografía paisajística más antigua que se conoce es la de Nicéphore Niepce que en 1826 fotografió el paisaje urbano que veía desde su ventana. En este artículo, explicaremos qué es este tipo de fotografía y cuáles son sus principales características.
En sus inicios, la fotografía requería tiempos de exposición realmente altos, por lo que los paisajes, tanto urbanos como rurales, solían ser el objetivo de los primeros fotógrafos, puesto que se trata de imágenes estáticas que no salían borrosas, lo que sí que sucedía cuando se tomaban fotografías de paisajes con personas en movimiento. Este es el motivo por el que las imágenes más antiguas siempre son fotos de paisajes naturales o urbanos.
En este sentido, al poco de comercializarse las primeras máquinas de fotografiar, un óptico llamado Lerebours envió a un equipo de fotógrafos por todo el mundo para que capturasen paisajes fantásticos, que más tarde vendería como parte de una colección. Al mismo tiempo, Jean Baptiste Louis Gros se dedicó a viajar por todo el mundo para tomar fotos de la naturaleza con fines científicos.
La fotografía de paisajes mejoró a medida que se descubrían nuevas técnicas y herramientas, por lo que los fotógrafos empezaron a tomar imágenes de paisajes nocturnos, bosques, jardines o ciudades, hasta que este tipo de fotografía se convirtió en parte de disciplinas científicas como la botánica, la biología, la antropología o la arqueología.
La mejor cámara para fotografiar paisajes
En un tutorial de fotografía paisajística no pueden faltar menciones a las mejores cámaras y objetivos para paisajes. En este sentido, gracias a los adelantos tecnológicos introducidos en las nuevas cámaras digitales, es posible capturar imágenes espectaculares de la naturaleza de forma sencilla.
Algunos objetivos como el Canon EF 24-105mm f/4.0 L IS II USM o el Sigma 10-20 mm f/3.5 son muy adecuados para las fotografías de paisajes. En este sentido, los objetivos para paisajes tienen una distancia focal muy baja y, en muchas ocasiones, cuentan con opción de gran angular.
Además de los objetivos, para realizar fotos de paisajes naturales necesitarás otros accesorios como filtros, trípodes, estabilizadores, disparadores automáticos y también una serie de accesorios que te permitan alcanzar los lugares más remotos como una barca inflable o unas buenas botas de campo, con las que poder llegar a todas partes y tomar imágenes de paisajes naturales lejanos y espectaculares.
Filtros para paisajes
Entre los trucos de fotografía más utilizados en los paisajes, está el uso de los filtros. Los filtros son cristales que se acoplan al objetivo y añaden algún efecto de color o ciertas utilidades. Para la fotografía de paisajes, resalta el uso de los filtros polarizadores que permiten convertir un paisaje soleado en algo increíble, cambiando totalmente los colores del ambiente.
La composición en la fotografía de paisajes
En la fotografía de paisajes la composición es un elemento esencial. En este sentido, es muy importante mantener el horizonte siempre en línea recta a no ser que se busque crear un efecto concreto como mostrar la inclinación de un espacio.
Al mismo tiempo, al fotografiar un paisaje sencillo se debe disponer de un objeto de interés que atraiga la mirada del espectador, ya que de otra forma la fotografía puede parecer aburrida. El centro de interés debe ser algún elemento que destaque, como un animal, la puesta de sol o incluso una roca.
Una vez detectado el objeto de interés, debes aislarlo al máximo para que adquiera todo el protagonismo, pues si hay otros elementos similares cerca pueden robarle relevancia, por lo que la imagen tendrá menos impacto.
Cómo hacer fotografías de paisajes
A la hora de fotografiar un paisaje, la nitidez de la imagen es uno de los factores más importantes. Para obtener imágenes claras y con una definición alta, es necesario disponer de buenos equipos fotográficos, ya que una mala cámara o un objetivo de baja calidad puede provocar que las imágenes salgan borrosas y poco definidas. En este sentido, la nitidez de la imagen también tendrá un gran impacto en la composición de la imagen.
De esta forma, la primavera es uno de los mejores momentos para tomar fotografías en un paisaje de campo, ya que las flores están en su momento óptimo, lo que permite obtener algunas imágenes impresionantes. Para esto, necesitarás contar con un buen objetivo, a ser posible, uno que disponga de macro o un teleobjetivo con el que poder enfocar las flores de cerca, lo más nítidamente posible, para disfrutar de la textura de los pétalos y las diferentes partes de la flor.
Para los que están buscando mejorar la nitidez, el trípode es un accesorio del que no se puede prescindir. Con estos soportes, es posible estabilizar la imagen y enfocar elementos muy pequeños.
Por último, la iluminación también influirá en la definición de las imágenes. En primavera, la luminosidad natural del ambiente es muy adecuada para la fotografía de paisajes. En este punto, es importante configurar la sensibilidad ISO de la cámara de forma correcta, para trabajar con la luz de la que se dispone y eliminar al máximo el ruido para obtener imágenes lo más nítidas posibles.
Por otra parte, para realizar fotografías de paisajes en invierno deberás tener en cuenta las condiciones del clima, que suelen ser más agresivas. En este sentido, el frío descarga las baterías por lo que siempre que salgas a fotografiar en lugares fríos, deberás contar con algunas de sobra, así como fundas impermeables para proteger tu equipo de la lluvia, la nieve o la niebla.
Si te gustan los cielos nocturnos, deberás practicar mucho, ya que la fotografía de paisajes nocturnos es una de las más complejas. Esto se debe a que tienes que saber qué objetivos y qué sensibilidad ISO configurar para obtener imágenes nítidas en condiciones de poca visibilidad. Aunque las primeras fotos que tomes no sean las mejores, con la experimentación y la práctica acabarás logrando fotografías bonitas de paisajes y cielos nocturnos.